domingo, 21 de enero de 2007

Etéreo


Me consumo a través de un cigarro mal encendido, mal fumado y mal saboreado.
Mientras, su largo, etéreo y vaporoso humo corren por mis labios y garganta .
Siento el flujo de mis tristezas que se dirigen en un vaivén:
entre mis labios y este cigarrillo, en el aspirar y humear de tu recuerdo.
Contemplo estos pensamientos que se desgarran en lamentos, cuando mi ojos miran este mar.
¡ Mar bendito, apacigua este dolor¡

Miro el infinito de las líneas, líneas contorneantes de este paisaje conmovedor.
Mi paisaje sólo mío, mi paisaje consolador.
Tú paisaje que calmas a este mar embravecido.

Sollozos en mis manos que dibujan estrellas,
aquellas estrellas que me queman con su chispeante recuerdo
Aún siento vivo su calor, su cuerpo, su imagen de árbol pelado en diciembre verano.
Contemplo la figura del reflejo de la luna al mar, somos nosotros uno solo,
somos los mismos en aquel espacio minúsculo lugar.

Allí nos envolvimos de imágenes de quintaesencia, al compás de una música, al compás de una canción
En la sinfónica, en los instrumentos, en un violín cual rasgabas con incesante devoción
Sobre su cuerpo de cáscara limpia, sobre su madera impía
Sobre cuerdas que se dejaron hablar por primera vez
Cuerdas novatas, cuerdas que aprendieron música de una noche de pasión
Cuales notas destilaban amor, cariño y sensualidad
Perfume de una noche azul, una noche roja, tan sólo de dos su imaginación.

Ahora aún en mis manos : el cigarrillo, mis ojos y mis labios se encuentran frente al mar, evocando palabras:
"me has dejado dolor, en mí aquellas cuerdas que extrañan tu mano, y no sé aún como consumir este cigarrillo este dolor, si es aquel que me consume sin compasión".

1 comentario:

María José dijo...

Me gusta amiga como escribes!!! sigue haciendolo!