lunes, 4 de enero de 2010

nada

No sé si es el miedo a la soledad...

 o ...

el miedo a dejar lo acostumbrado.


¿No te supe amar o sería que no te amé?

Te amé tanto, te amé nada.

No sé que es amar con el corazón que se regala y se funde por una mirada
Sólo sé que con el orgullo no quisiste ceder a mi querer.

Te amo
Tal vez, te amo.
Fue muy poco el amor
Tal vez fue demasiado,

Simplemente es este amor que se cansó de amar.

O quizás es el amor que agotado y confundido quiso respuestas en la infinita y complicada naturaleza.

para él, tuve que lidiar, sobrepasar y escalar en tu rara y complicada geografía
con el solo objetivo de llegar a una cima donde pudiese divisar colores de un cielo inmenso
claro serrano despejado.

Despejado los pensamientos mas no el sentimiento
quise con leve seguridad darle la razón a lo que avizoraba el tiempo

Entonces cogí las lágrimas de la tormenta y las estruje tanto, tanto, tanto… que las evaporé…
Sólo así, decidí que los colores de un buen tiempo debían de llegar por mi voluntad.

Puse en escena esta decisión tanto planeada,
y con ella sobrevino
un inmenso dolor
un dolor que oprime con sabor a nada en el alma…

No sé definir esto…

De un momento a otro
Sin más
tenía sobre la mesa la vida en cinco minutos,
con la seguridad de dejarte ir.

Y en el final  tanto ansiado a puertas
solo quedaron el rumor del desierto
batiéndose contra paredes del atlas
y  la marea  agobiante susurrándome
algún recuerdo.


Con  rayuela en el aire, insípida, vacía
Sin nada al Alba.
Tuve que decir Adiós