viernes, 22 de enero de 2010

Mis hermanos y el mar

Qué día?
Qué día!
Qué día…


Tres hermanos
La orilla del mar
El acantilado
El muelle


Una bahía
Un puerto
Una casita que añora


Regreso a verle
Pero me recibes embravecido,
Es el mar...


ÉL escupe con odio cuando me acerco.


Le pregunto,mientras sostengo un paraguas con sombrero:


¿Qué es lo que sucede mar?




Él responde, con voz grave salpicando  mi vestido:
¡Me dejaste!




Pero, ellos siguen aquí, respondí




Tres hermanos
La orilla del mar, no estás aquí
Son dos, son dos, son dos!
¿ no lo has notado niña?




Hoy casi muere mi hermano,
Hubiera sido  solo uno en esta bahía...






Tres hermanos
La orilla del mar, no estás aquí
Faltabas tú.




Hoy es el día, un día de verano
Un paraguas caminando en medio del sol y  salitre
Un sombrero con agujeros, pequeña.
Una historia,  un adiós, el olvido.
Todo estará mejor.




¿Y por qué el odio?  ¿Por qué  la desidia?




Esta vez con voz suave y serena , me dijiste:


Todo estará mejor, he dicho.






El mar, tres hermanos  contemplando
Un somnífero, la piel lozana  con copiosa barba
Ojos miel brillantes y lluvioso, era mi hermano.




Ayer casi lo perdiste.
Llevabas tules de colores y  un atrapasueños
Al verte así te concedí  un deseo.




¿ Y por qué tanta desidia? , pregunté una vez más.




Tres hermanos, la menor de todos llevaba atrapasueños
El atrapasueños  danzante
Gira
Recuerda
Eras tú y tus hermanos.
La pequeña casa al borde del acantilado,
Triste el mar procuraba respuestas,






El atrapa sueños  salvavidas que no olvida
Yo que no olvido:
Mis hermanos, los recuerdos, el tiempo…
Todo sigue inmóvil,
Una casita al borde del acantilado
Recupéralos, le imploro al mar.




Devuelve el paraguas, los tules de colores.
Y aquel sombrero nebuloso de agujeros
Replica el mar.


Hace mucho tiempo
Sus corazones se ocultaron
Iban  en penumbras con un sombrero de paraguas
Con salitre hirviendo




Tres hermanos,  tres tiempos, tres dados girando
El mar, una pequeña casa,
La bahía,
El alba
Un cielo cubierto de tules de colores
Al fin los hermanos juntos, muy lejos de mi lado.

domingo, 10 de enero de 2010

Poema del Cactus

Era un cactus plantado en medio del desierto con el sol abrasándome en invierno.


Era una mañana sin mariposas en el estómago.


Era un atardecer sin ocaso.


Era el alba sin humedad en los labios,


Era un poema sin metáforas  tiritando  de nervios


Era un paraguas con sombrero sobre la cabeza  tratando de soportar  las lágrimas del olvido.


Era un unicornio esperando el arcoíris


Era tan solo  la  mujer   que esperaba una mirada tuya

lunes, 4 de enero de 2010

nada

No sé si es el miedo a la soledad...

 o ...

el miedo a dejar lo acostumbrado.


¿No te supe amar o sería que no te amé?

Te amé tanto, te amé nada.

No sé que es amar con el corazón que se regala y se funde por una mirada
Sólo sé que con el orgullo no quisiste ceder a mi querer.

Te amo
Tal vez, te amo.
Fue muy poco el amor
Tal vez fue demasiado,

Simplemente es este amor que se cansó de amar.

O quizás es el amor que agotado y confundido quiso respuestas en la infinita y complicada naturaleza.

para él, tuve que lidiar, sobrepasar y escalar en tu rara y complicada geografía
con el solo objetivo de llegar a una cima donde pudiese divisar colores de un cielo inmenso
claro serrano despejado.

Despejado los pensamientos mas no el sentimiento
quise con leve seguridad darle la razón a lo que avizoraba el tiempo

Entonces cogí las lágrimas de la tormenta y las estruje tanto, tanto, tanto… que las evaporé…
Sólo así, decidí que los colores de un buen tiempo debían de llegar por mi voluntad.

Puse en escena esta decisión tanto planeada,
y con ella sobrevino
un inmenso dolor
un dolor que oprime con sabor a nada en el alma…

No sé definir esto…

De un momento a otro
Sin más
tenía sobre la mesa la vida en cinco minutos,
con la seguridad de dejarte ir.

Y en el final  tanto ansiado a puertas
solo quedaron el rumor del desierto
batiéndose contra paredes del atlas
y  la marea  agobiante susurrándome
algún recuerdo.


Con  rayuela en el aire, insípida, vacía
Sin nada al Alba.
Tuve que decir Adiós