Mientras contemplo el rojo de mi pared se transluce los efectos de tus besos;cada silueta, cada sombra, allí estás.
No comprendo exactamente si eres tú o sólo los rastros de una imaginación.
No comprendo el difuminado de las sombras, es que trato de ver el reflejo de una imaginación... pero allí está tu recuerdo, rojo que se impregna hasta en mis huellas, rojo que me despierta en sueños de una noche corta e intensa.
También tengo un techo blanco que trata de compensar el agobio del color de mi alma, tengo sangre en mis manos con un cuchillo de plástico rompiendo mis esquemas, cortando mis cicatrices, hiriéndome una y otra vez, este recuerdo no deja de sangrar…..
Las tardes se traslucen con este tenue sol que quema,
Quema cada instante, quema cada rincón, quema estas cicatrices y las aplaca de color, color rojo, una mancha inmensa se trasluce en esta habitación.
En esta pared roja dibujé con este sol una ventana donde puedo contemplar tus labios, aquellos labios que me alejaron de mi cielo color pastel para llevarme a tu cielo color imaginación.
No controlo mi mirada, no controlo mis labios, no controlo mis manos, no controlo mi cuerpo, ni mis pensamientos…
El tiempo se deja llevar consigo y su locura, se deja llevar consigo mis labios y mi razón, sólo existen dos cuerpos en esta habitación y una leve imaginación...
Adiós pared roja, adiós ventana, adiós sol e iluminación, adiós sombra amada, adiós beso fortuito, adiós imaginación.
