En una canción inversa, revuelta; vuelco la miel de mi desencanto y aviva voz canto la balada de un selenita.
Es quizás mi instinto, luz blanca salvaje, que se enamora de la vaporosidad del viento entre mis manos y labios, y este irracional te amo.
UNA DEMOCRACIA DICTATORIAL
Hace 15 años
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